Una coma puede ser una pausa. O no…
No, espere.
No espere.
Puede hacer desaparecer su dinero.
23,40
2,34
Puede crear héroes…
Eso solo, él lo resuelve.
Eso, solo él lo resuelve.
Puede ser la solución.
Vamos a perder, poco se resolvió.
Vamos a perder poco, se resolvió.
Cambiar una opinión.
No queremos saber.
No, queremos saber.
La coma puede condenar o salvar.
¡No tenga clemencia!
¡No, tenga clemencia!
Vamos a comer niños.
Vamos a comer, niños.
Ante esto el único comentario que queda por realizar es que siempre debemos tener cuidado, tanto con lo que intentamos decir como con lo que realmente decimos. Porque si una coma es capaz de alterar todo el significado de una frase, ni pensar lo que lograría una palabra.
El escrito es de Julio Cortázar y me parece que deja una lección en el ambiente. Espero que todos la aprovechemos y de paso meditemos en este otro, también atribuido al autor.
“Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda“.
Si usted es mujer, con toda seguridad pondría la coma después de la palabra mujer. Si usted es varón, con toda seguridad pondría la coma después de la palabra tiene.
Es admirable la sencillez que reviste esta obra maestra. Espero la disfruten.
Imagen tomada de: algoritmolinguistico.com
Me encantó esta reflexión. Acabo de rebloguearla.
Hola, Fabio. Muchas gracias por seguir el blog y por compartir la entrada. Un abrazo.